Restricciones en Zamora: El comercio da por perdidas las ventas de la tarde con el nuevo toque de queda
Pese a que el horario de cierre habitual ronda las 20.00 horas, los empresarios interpretan que el escenario “no invita a salir a comprar”
Hostelería, comercio, cultura, educación, religión. El nuevo toque de queda, adelantado a las 20.00 horas por la Junta de Castilla y León, rompe la normalidad de prácticamente todos los sectores y ámbitos de la vida cotidiana de los zamoranos. Las restricciones, cada vez más severas, han caído como una losa para la actividad económica, que ve cómo se agota la reserva de ahorros sin que se atisbe una solución a sus problemas a corto plazo. Que todo el mundo esté en casa a las ocho de la tarde significa, para los empresarios, que prácticamente se pierda el turno vespertino de ventas. Un nuevo bocado a sus intereses que no hace sino mermar la capacidad de aguante de quienes están ya al límite de sus posibilidades.
La patronal zamorana ha sido de las primeras en reaccionar enérgicamente contra las nuevas medidas restrictivas impuestas por la administración regional. El presidente de CEOE-Cepyme, José María Esbec, ha lamentado la falta de consenso y criterio a la hora de establecer este nuevo horario de toque de queda que deja al límite a la actividad económica. “Siempre hemos dicho que, para nosotros, lo primero es solucionar el problema sanitario; pero, también tenemos que decir que las medidas restrictivas deben obedecer a estudios previos y objetivos concretos”, ha afirmado, cuestionando que se haya hecho ese ejercicio.
El comercio y la hostelería de Zamora son dos de los grandes perjudicados por el toque de queda de las ocho de la tarde, aunque llevan siéndolo desde el inicio del estado de alarma en el mes de marzo de 2020. Por esta razón, hartos de vaivenes, los empresarios exigen a la Junta de Castilla y León que haga sus deberes para minimizar la crisis a la mayor brevedad. “Estamos convencidos de que esta situación solo se va a solucionar cuando buena parte de la población esté vacunada, por lo que exigimos a la Junta que ponga todos los medios necesarios para que la vacuna llegue lo antes posible a la ciudadanía”, ha indicado Esbec.
Respecto al Gobierno central, la demanda no es tanto sanitaria como económica. A este respecto, CEOE-Cepyme de Zamora ha insistido una vez más en la necesidad de articular ayudas directas para paliar las pérdidas que en la provincia ya se antojan millonarias. “Estamos hablando de una previsión de reducción del PIB de más de un 8%, de una tasa de desempleo en el sector del 24% y de una cifra importante de personas que se encuentran en ERTE”, ha enumerado el presidente de la patronal. “Todo eso, unido a las restricciones, no hace sino agravar la fragilidad de la economía zamorana”, ha añadido al respecto.
La hostelería, como el comercio, ha recibido sobre sus hombros buena parte del peso de las nuevas restricciones anunciadas por Francisco Igea. Ambos sectores se retroalimentan y por eso la situación es más que complicada para los dos por igual. “Todo lo que afecta a la hostelería, le afecta también al comercio; es una rueda”, ha indicado José María Esbec. Para la CEOE-Cepyme, el hecho de cerrar todos los establecimientos a las 20.00 horas supone que el ciudadano tenga la sensación de que no debe estar en la calle, en general, por lo que se pierde prácticamente todo el turno vespertino. “La situación no invita a salir de compras”, ha aclarado.
Protesta de la Iglesia ante los límites de aforo en los templos
Las quejas al nuevo marco legal implantado por la Junta de Castilla y León han llegado también desde la Iglesia. El obispo de Zamora, Fernando Valera, ha firmado un documento junto con el resto de prelados de la comunidad autónoma en el que se exige al Gobierno autonómico que “rectifique en su criterio” de permitir únicamente la entrada de 25 fieles a los templos para la celebración del culto. La diócesis de Zamora ha señalado que “no es razonado ni aceptable” que la limitación se establezca en un número concreto para todas las iglesias, “cuando la superficie y volumen” de cada una de ellas es muy diversa en el conjunto del territorio de la provincia.
Menos problemas encuentra la comunidad educativa, que continuará con su horario habitual a pesar del toque de queda, al estar su actividad lectiva contemplada como excepción en el documento publicado por la Junta de Castilla y León. Así, la Universidad de Salamanca ya ha confirmado que este nuevo marco legal no afectará ni a clases ni a exámenes en el Campus Viriato. Algo que ocurrirá también con otro tipo de centros cuyas formaciones se desarrollan en horario vespertino, como el Conservatorio Profesional de Música o el Centro de Adultos.
El ciudadano de a pie, sin embargo, se mantiene a la expectativa sobre cómo actuar ante las nuevas restricciones. No ayuda, para ello, que la Junta de Castilla y León tome una decisión unilateral, el Gobierno de España le diga que no se ajusta a la legalidad, pero la comunidad autónoma siga hacia adelante. La Policía Nacional, dependiente del Gobierno, vigila desde ayer a las 20.00 horas que los zamoranos cumplen con el toque de queda, aunque lo hace aplicando unos “criterios de proporcionalidad” y optando por la persuasión antes que por la sanción, como suele ocurrir en normativas de nueva aplicación como la que actualmente se está tratando.
La excepcionalidad de la situación mantiene en alerta a todos los sectores de la sociedad zamorana, que deberá acostumbrarse a un nuevo marco restrictivo más severo que será de aplicación, a priori, a lo largo de los próximos quince días en toda la comunidad.
La restricciones
Comercio. Deberán tener las tiendas cerradas al público a las 20.00 horas, aunque con posibilidad de permanecer en el interior trabajando sin clientela.
Hostelería. Las terrazas tendrán que estar sin clientes a las 20.00 horas; el interior continúa cerrado.
Lugares de culto. Solo podrán acceder a las iglesias y lugares de culto un máximo de 25 personas. El Obispado de Zamora pide retirar esa normativa.
Educación. Se permite acudir a centros universitarios y educativos.
Fuente: La Opinión de Zamora